Altares rojos emergen día a día al costado de las rutas en devoción al Gauchito Gil, santo pagano de los desposeídos, degollado en el siglo XIX. La leyenda de su vida y la construcción del mito son los ejes de una historia con dos comienzos y un mismo punto de llegada. La vida de EL GAUCHO estuvo marcada desde su niñez por la pobreza y la injusticia. Con ansias de justicia se encuadra en la tropa de ZALAZAR, un guerrero astuto. Pero las atrocidades de aquella banda lo obligan a escapar, convirtiéndose en un desertor condenado a la pena capital EL GAUCHO y sus mujeres. Que las tuvo a montones pero que siempre quiso a la misma: DOLORES, la esposa de ZALAZAR (su perseguidor y verdugo), pasa sus días en la clandestinidad haciendo justicia por los más desposeídos.Mientras sus enemigos agudizan los esfuerzos hasta que finalmente después de algunos años lo atrapan. “Con mi sangre sanarás a tu hijo” dijo EL GAUCHO a su verdugo ZALAZAR antes de ser degollado y a pocas horas ocurrió el primer milagro