En un intento por preservar su cultura en riesgo de desaparición y reconstruir la memoria de su hogar perdido, Mateo Sobode Chiqueno atraviesa el árido y desolado Chaco paraguayo grabando las historias, canciones y testimonios de otros Ayoreo que, como él, fueron despojados de la selva, perdiendo su territorio ancestral, sus medios de subsistencia, sus creencias y su hogar.